El régimen de Abdelaziz eleva la represión con el arresto del ‘Mandela mauritano’ (El Paîs)
El activista anti esclavitud Biram Dah Abeid fue detenido cinco días después de presentar su candidatura a las legislativas en Mauritania del 1 de septiembre
Dos activistas contra la esclavitud y dos periodistas críticos con el régimen de Mohamed Ould Abdelaziz permanecen detenidos en Mauritania en vísperas de las elecciones legislativas, regionales y locales que celebra este país africano a partir del próximo 1 de septiembre. A juicio de Amnistía Internacional, estamos ante una “preocupante represión preelectoral que toma la forma de maniobras de intimidación dirigidas contra la disidencia”. Uno de los detenidos es Biram Dah Abeid, el célebre presidente de la Iniciativa para el Resurgimiento del Abolicionismo (IRA) bautizado como el Nelson Mandela mauritano quien ya ha estado en dos ocasiones en la cárcel.
Abeid, quien fuera candidato en las elecciones presidenciales de 2014 y pretende volver a presentarse el próximo año encarnando una de las voces más críticas contra el presidente Abdelaziz y la discriminación que sufre la población negra en Mauritania, fue detenido en su domicilio el pasado 7 de agosto, mientras que el arresto de Abdelahi Ould Housein, compañero del IRA, tuvo lugar dos días más tarde. Abeid ha sido acusado de daño a la integridad y amenaza del uso de la violencia tras la denuncia interpuesta contra él el pasado 4 de julio por el periodista Abdallah Deddah, mientras que a Housein se le imputa complicidad en estos delitos.
Lo cierto es que el encarcelamiento de Abeid coincide con la presentación, cinco días antes, de su candidatura a las legislativas en el marco de un acuerdo electoral para la elaboración de listas conjuntas alcanzado entre el Partido Radical por una Acción Global (RAG), brazo político del IRA, y el partido nacionalista y panárabe de inspiración baasista Sawab. “Desde su detención sabemos que este proceso ha sido prefabricado y que el objetivo es Biram Dah Abeid”, aseguró a France Press Hamadi Lehbouss, portavoz del IRA.
“El momento escogido para la detención de Abeid, a pocos días de las elecciones legislativas a las que concurre como candidato, es muy sospechoso y habida cuenta del acoso judicial que sufren con regularidad él mismo y sus compañeros del IRA, no sería sorprendente que estas acusaciones oculten intenciones políticas”, aseguró François Patuel, especialista de África occidental de Amnistía Internacional.
Por otra parte, el mismo 7 de agosto la policía mauritana detuvo también a los periodistas Babacar Baye N’Diaye, redactor jefe del portal web Cridem, y Mahmoudi Ould Saibout, director de la agencia de comunicación Taqadoum, después de que ambos medios online reprodujeran un artículo, ya publicado en otras plataformas en Internet, del abogado mauritano residente en París Jemal Taleb Mohamed en el que se mostraba crítico con el régimen de Abdelaziz. Ambos periodistas, acusados de calumnias por el letrado, declararon ante el juez al día siguiente de su arresto, pero aún no se les han notificado los cargos en su contra ni han sido liberados.
Mientras tanto, el bullicio de mítines y actos políticos de la campaña electoral comenzó a hacerse visible la pasada semana en Nuakchot y las principales ciudades del país de cara a unas elecciones en las que compiten 502 listas electorales pertenecientes a 98 partidos políticos. Este año, por primera vez, los casi 1,5 millones de electores no tendrán que introducir papeletas al Senado ya que este órgano fue suprimido tras el referéndum electoral del año pasado. A cambio habrá que elegir a los miembros de la Asamblea Nacional, los consejos regionales y los ayuntamientos.
Estos comicios servirán para medir las fuerzas de la Unión por la República (UPR), el partido en el poder, y de la llamada oposición radical que boicoteó la última cita con las urnas en 2013 y que en esta ocasión calienta motores para las presidenciales de 2019 a las que el actual presidente Ould Abdelaziz no se puede presentar por el límite constitucional de dos mandatos. El propio jefe de Estado ha anunciado su retirada, pero sus rivales no se acaban de fiar y temen que se produzca alguna maniobra para que pueda participar en los comicios.